Pokhara, la joya del Himalaya 

Pokhara, con unos 200.000 habitantes, es la segunda ciudad más grande de Nepal y el punto de inicio de la mayoría de los trekkings del área del Annapurna. 

Con tres de las montañas más altas del mundo (Dhaulagiri, Annapurna y Manaslu) como telón de fondo, es uno de los destinos más bonitos de Nepal y uno de los mejores para relajarse.

El tiempo en Pokhara

Pokhara goza de temperaturas suaves donde los veranos no son sofocantes y los inviernos no son muy rigurosos. Dada su proximidad al Annapurna, cabría esperar un invierno extremadamente frío pero su impacto es mínimo.

¿Qué hacer en Pokhara?

Nosotros llegamos a Pokhara para hacer el trekking al campamento base del Annapurna y a nuestro regreso decidimos quedarnos descansando y explorando la zona.

1. Pasear a orillas del lago Phewa Tal

Toda la zona del Lakeside está repleta de tiendas, muchas de ellas de ropa de montaña (la mayoría son falsificaciones), spas y restaurantes de todo tipo. Hay hasta garitos con karaoke. Realmente, parece una ciudad de vacaciones para occidentales.

Si necesitas comprar algo, la experiencia es bastante más agradable que en Katmandú. Aunque se regatea, los vendedores son muy tranquilos y no te insisten demasiado.

Además, a orillas del lago, Pokhara tiene una luz preciosa al atardecer. Merece la pena pasear por esta zona aún sin comprar ni tomar nada.

2. Remar hasta el templo Barahi

El templo en sí no tiene nada de especial. La gracia está en su ubicación ya que se encuentra en una pequeña isla en medio del lago Phewa. Para llegar nosotros alquilamos una barquita por 1.200 rupias (10€) para 5 personas. Aunque no tuvimos demasiada suerte ya que, estando en la isla, empezó a diluviar y tuvimos que pasar un buen rato refugiándonos de la lluvia en un techadillo apretujados con otros tantos turistas. Al parecer este año el monzón se ha ido tarde y en octubre sigue lloviendo.

3. Subir a la pagoda de la paz mundial

Se trata de una stupa budista construida por monjes de una organización japonesa. Se encuentra en la cima de una montaña sobre el lago Phewa Tal y también se puede llegar en barca tras parar en el templo Barahi. Nosotros no pudimos completar así la excursión por la lluvia, así que fuimos otro día andando. La subida no es demasiado dura y se puede realizar en unas dos horas.

La entrada a la stupa es gratuita, aunque se aceptan donativos.

4. Visitar Sarangkok

Sarangkot es una pequeña localidad ubicada en la ladera de una cresta montañosa a unos 1.600 metros de altitud. Está a unos 1o km de Pokhara. Se puede llegar en taxi, autobús o a pie, como hicimos nosotros. Es una subida fuerte así que si decidís ir andando, debéis estar preparados para un trayecto duro.

En Sarangkok no solo puedes disfrutar de unas vistas espectaculares de Pokhara y de los Himalayas, también es un buen lugar para hacer parapente. Hay muchísimos sobrevolando el lago y vuelan tan pegados que da la sensación de que se van a chocar unos con otros.

Nosotros no volamos en parapente porque es algo que ya hemos hecho. Lo que sí intentamos hacer fue tirarnos en una de las tirolinas más largas (1,7 km) y con mayor inclinación del mundo que se encuentra también en Sarangkok. Una vez allí, tratamos de negociar el precio pero era innegociable: 75$ por cabeza por 4 minutos. Nos pareció demasiado caro.

5. Acudir a una ceremonia budista tibetana en el monasterio Jangchub Choeling

En este monasterio, a unos 10km de Pokhara, vive un centenar de monjes budistas que todos los días sobre las 15:00 se reúnen para rezar. Los visitantes son bienvenidos a la ceremonia en la que cantos y rezos se mezclan con el sonido de tambores, campanas y trompas. Pero no tiene nada que ver con el típico «circo para turistas» pues éramos muy pocos occidentales presenciándolo.

No es posible grabar ni fotografiar dentro del monasterio.

Nosotros fuimos andando (Cómo no). Para llegar hay que cruzar todo Pokhara (viene bien salir de la zona del lago para ver lo que es Pokhara de verdad y sentir que estás en Nepal) y luego el camino es bastante agradable. Aunque, si tenéis vértigo, mejor buscad otra opción para llegar porque hay que cruzar un puente colgante bastante largo.

6. Ir a ver una película al aire libre

The Movie Garden es un cine al aire libre que se encuentra escondido hacia North Lakeside. Para llegar, hay un pequeño ascenso hacia el bosque iluminado por velas. Todos los días a las 19:00 proyectan películas (bastante buenas, por cierto) por 350 rupias (Algo menos de 3€). Venden también cervezas, palomitas y pizza. Aunque los precios son altos para Nepal, la atmósfera que han creado en este cine es una pasada. ¡Esto si que es hipster y no Malasaña!

 

Alojamiento

Pokhara tiene una oferta inmensa de alojamientos y lo cierto es que la mayoría tienen muy buena pinta. Nosotros nos alojamos en el Hotel Buttercup y la relación calidad/precio es muy buena. Está en la zona del Lakeside y, aunque es tranquilo, tiene un montón de tiendas y restaurantes cerca. El personal es muy amable y nos cuidaron el equipaje durante el trekking.

Desde las habitaciones de arriba se ven las montañas.

 

Comer en Pokhara

Toda la zona turística está llena de restaurantes, aunque estos son más caros (Para los precios de Nepal). No solo el precio de la carta, sino que en todos te cobran un 10% extra de servicio a la mesa y, en muchos, otro 13% de impuestos.

En la calle de nuestro hotel, justo en frente del Backpackers Hotel, encontramos el restaurante Pandey. Tiene comida nepalí, india, china y continental, los precios son la mitad que en la zona del lago (estando al lado) y los dueños son súper amables. Sobre todo, recomendamos probar la pizza de champiñones y la hamburguesa vegetal. Aquí hemos comido muchas veces los dos por 5€.

Casi en el final del lago, hay un restaurante español-nepalí (la dueña es de Alicante) donde los platos están buenísimos. Se llama El bocaito español. Aquí solo te añaden el 10% sobre el precio de la carta. Aunque no es tan barato como otros, comimos los dos por 8,50€.

También recomendamos el pollo tandoori del Tandoori Station en la calle principal. Cocinan muy bien y el precio es razonable para la zona donde está. Además, tiene un Guest House encima y todos los días a las 11:00 hacen sesiones de meditación gratuita.

Y, por último, si te sales un poco de la zona turística, es fácil encontrar restaurantes igual de buenos y baratos.